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Técnica serológica, una herramienta para medir la eficacia de la vacuna contra la fiebre aftosa

Desarrollada por investigadores de INTA y Conicet permite medir, de una manera más sencilla y económica, los anticuerpos y la respuesta inmune contra este virus en cerdos.

  • 09/06/2021 • 15:00

Por: INTA
Fotos: INTA

Registrada por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en inglés) como una de las enfermedades de declaración obligatoria y con mayor riesgo sanitario, la fiebre aftosa afecta a especies biunguladas -de pezuña hendida-, tanto domésticas como silvestres. Por esto, detectarla a tiempo y conocer la eficacia de las vacunas es fundamental para países con actividad ganadera.

En este sentido, una técnica serológica desarrollada por investigadores del INTA y del Conicet sirve para evaluar anticuerpos y medir la respuesta inmune contra este virus en cerdos. Se trata de un avance tecnológico que reemplaza pruebas más costosas y permite conocer la protección que tienen los animales frente a una cepa de campo. “El objetivo fue desarrollar técnicas serológicas para evaluar diferentes aspectos de la respuesta de anticuerpos contra el virus de la fiebre aftosa en cerdos vacunados”, destacó Alejandra Capozzo, investigadora del Conicet en el Instituto de Virología e Innovaciones Tecnológicas (IVIT) del INTA y a cargo de la investigación.

El virus de la aftosa representa un riesgo latente para todos los países -desarrollados y en vías de desarrollo- con actividad ganadera. Esta técnica serológica demuestra que es posible contar con una nueva forma de hacer los tests de ELISA para reemplazar la seroneutralización, una técnica para la detección de anticuerpos frente al virus. En este caso, con la novedad de que utilizaron partículas virales purificadas que pueden prepararse a partir de cualquier virus de campo.

“Una técnica serológica desarrollada por investigadores del INTA y del Conicet sirve para evaluar anticuerpos y medir la respuesta inmune contra la fiebre aftosa en cerdos”

El crecimiento de la industria porcina en todo el mundo requiere de técnicas serológicas simples y de alto rendimiento aplicables a la vigilancia epidemiológica y a los estudios de eficacia de la vacuna para esta especie. Se sabe que los cerdos son altamente susceptibles a la infección por el virus de la fiebre aftosa. Un animal infectado puede excretar hasta 3.000 veces más partículas virales por día que una oveja o una vaca. Este desarrollo, que permite caracterizar otros aspectos de la respuesta inmune, se trata de varias técnicas asociadas destinadas a medir distintos aspectos de la respuesta inmune como la maduración de la avidez, entendida como la fuerza de pegado que tienen los anticuerpos.

Evaluación serológica

La prueba de seroneutralización o neutralización vírica es considerada la prueba de referencia para la valoración serológica. Asimismo, se trata de un ensayo “difícil de estandarizar, engorroso e inadecuado para ser utilizado a gran escala”, indicaron las investigadoras. Además, implica la manipulación de virus vivos, lo que resulta en el riesgo de un brote. Un aspecto más que relevante para las regiones libres de virus de la fiebre aftosa, donde los virus vivos solo pueden manipularse bajo condiciones estrictas de bioseguridad. Por esta razón, desarrollaron los test ELISA ya que usan virus inactivados, son de alto rendimiento y fáciles de implementar en cualquier laboratorio.

“El crecimiento de la industria porcina en todo el mundo requiere de técnicas serológicas simples y de alto rendimiento aplicables a la vigilancia epidemiológica y a los estudios de eficacia de la vacuna para esta especie”

En la investigación publicada “se buscó correlacionar las pruebas de neutralización con los ensayos serológicos de ELISA, siendo este tipo de test más sencillo de hacer y de estandarizar así como de armonizar entre laboratorios” indicó Florencia Mansilla, investigadores del INTA y del Conicet en el IVIT.

Solución para estimaciones erróneas

Tras realizar las evaluaciones, el equipo de científicos concluyó que “cuando los laboratorios de referencia preparan antígenos para los test ELISA realizan un proceso de inactivación que puede llegar a romper por completo la integridad de la partícula provocando, al momento del ensayo serológico, la falta de correlación. “Sus consecuencias se observan en una estimación errónea de la eficacia de la vacuna, porque no se están midiendo anticuerpos que protegen”, afirmó Capozzo y agregó: “Frente a este problema, la solución fue desarrollar test ELISA indirectos que utilizan el virus purificado pegado a la placa”. De este modo, al colocarse allí un virus que no está desarmado genera una buena correlación entre el ELISA y la neutralización. Además, por ser más sencillas las técnicas de ELISA sirven para medir anticuerpos protectores sin necesidad de hacer la seroneutralización.