<p style="text-align:justify">Por: Lic. Mar&iacute;a Daniela Rainieri y Lic. Mar&iacute;a Dolores Fern&aacute;ndez Pazos, Centro de Informaci&oacute;n Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP), Argentina. <p style="text-align:justify">Fotos: Banco de im&aacute;genes <p style="text-align:justify">Una alimentaci&oacute;n saludable permite a las personas desarrollarse plenamente, aprender y trabajar mejor, y contribuye a la protecci&oacute;n del organismo frente al desarrollo no s&oacute;lo de enfermedades por carencia de nutrientes sino tambi&eacute;n de las llamadas Enfermedades Cr&oacute;nicas no Transmisibles (ECNT), entre las cuales cuatro son las principales: diabetes, enfermedades cardiovasculares, tumores y enfermedades respiratorias cr&oacute;nicas. <p style="text-align:justify">El patr&oacute;n alimentario occidental actual, caracterizado por un aporte excesivo de energ&iacute;a, con elevado consumo de alimentos ricos en az&uacute;cares, grasas saturadas y sodio, y pobre en alimentos fuente de fibra, vitaminas, minerales y sustancias bioactivas, es un reconocido factor de riesgo para el desarrollo de este grupo de enfermedades. <p style="text-align:justify">La carne de pollo forma parte de las recomendaciones de nuestras Gu&iacute;as Alimentarias y est&aacute; presente en las Gu&iacute;as de los distintos pa&iacute;ses del mundo como parte de una alimentaci&oacute;n saludable, por ser un alimento rico en prote&iacute;nas de alto valor biol&oacute;gico, con bajo contenido de grasas y predominio de aquellas de tipo saludable, que aporta sustancias esenciales y es fuente de diversas vitaminas y minerales. <p style="text-align:justify">&ldquo;La carne de pollo es un alimento rico en prote&iacute;nas de alto valor biol&oacute;gico, con bajo contenido de grasas y predominio de aquellas de tipo saludable, que aporta sustancias esenciales y es fuente de diversas vitaminas y minerales&rdquo; <p style="text-align:justify">Importancia de las prote&iacute;nas de la carne de pollo para el crecimiento y desarrollo <p style="text-align:justify">Las prote&iacute;nas son el constituyente principal de las c&eacute;lulas del cuerpo. Son cadenas de tama&ntilde;o variable cuyos eslabones se denominan amino&aacute;cidos. Existen 20 amino&aacute;cidos diferentes, de los cuales 8 son considerados &quot;esenciales&quot; debido a que el organismo no puede fabricarlos, por lo que deben ser incorporados a trav&eacute;s de los alimentos. <p style="text-align:justify">La principal funci&oacute;n de las prote&iacute;nas es constituir los tejidos, regenerarlos y renovarlos continuamente, promoviendo el crecimiento. Esto es conocido como &ldquo;funci&oacute;n estructural o pl&aacute;stica&rdquo;. Adem&aacute;s de esta funci&oacute;n, las prote&iacute;nas act&uacute;an como mensajeros qu&iacute;micos (hormonas) cuyo fin es el de influir en la funci&oacute;n de otras c&eacute;lulas; como catalizadores de reacciones qu&iacute;micas (enzimas); e intervienen en el transporte de sustancias a trav&eacute;s de la sangre y otros fluidos corporales. Los amino&aacute;cidos, por su parte, tienen funciones propias: algunos act&uacute;an como neurotransmisores, otros son precursores del material gen&eacute;tico (ADN y ARN), entre otras. <p style="text-align:justify">Desde el punto de vista nutricional, las prote&iacute;nas mejor aprovechadas por el cuerpo son aquellas que aportan todos los amino&aacute;cidos esenciales y que, a la vez, son m&aacute;s f&aacute;cilmente digeribles. Estas caracter&iacute;sticas determinan el &ldquo;valor biol&oacute;gico&rdquo; de las prote&iacute;nas. A mayor valor biol&oacute;gico, mejor se cubren los requerimientos de nitr&oacute;geno y amino&aacute;cidos y se garantiza un crecimiento y mantenimiento adecuado del individuo. Las prote&iacute;nas provenientes de alimentos de origen animal, como las de la carne de pollo, son de Alto Valor Biol&oacute;gico (AVB), mientras que el valor biol&oacute;gico de las prote&iacute;nas de origen vegetal es, en general, menor. <p style="text-align:justify">La ingesta diaria de prote&iacute;nas en personas sanas debe ser adecuada a la edad y estado fisiol&oacute;gico del individuo. En un adulto promedio, la ingesta proteica recomendada es de entre 0,8 a 1 gramo de prote&iacute;na/kg de peso/ d&iacute;a. Esto significa que un adulto de 70 kg de peso deber&iacute;a consumir entre 56 y 70 gramos de prote&iacute;nas al d&iacute;a. De &eacute;stas, el 60% debe ser de AVB. <p style="text-align:justify">&ldquo;La carne de pollo contiene cantidades variables de 10 minerales esenciales distintos, entre &eacute;stos se destacan selenio, f&oacute;sforo y cinc&rdquo; <p style="text-align:justify">La carne de pollo aporta, en promedio, 22 gramos de prote&iacute;nas de alto valor biol&oacute;gico cada 100 g de alimento. Por lo tanto, una porci&oacute;n mediana de carne de pollo (por ejemplo, 1 muslo grande o media pechuga grande) cubre aproximadamente el 50% de la recomendaci&oacute;n diaria de prote&iacute;nas para un adulto tipo, y pr&aacute;cticamente la totalidad de las necesidades de prote&iacute;nas de alto valor biol&oacute;gico. <p style="text-align:justify">Existen otras etapas de la vida en la que los requerimientos de prote&iacute;nas se encuentran incrementados, como la ni&ntilde;ez, el embarazo, el per&iacute;odo de lactancia y la edad adulta mayor. Tambi&eacute;n las personas que practican deportes de alto rendimiento, ya sea en forma amateur o profesionalmente, necesitan ingerir cotidianamente una cantidad de prote&iacute;nas mayor que el promedio. A esto se suman las situaciones de enfermedad en donde las necesidades proteicas pueden estar incrementadas para favorecer la recuperaci&oacute;n y reparaci&oacute;n de tejidos da&ntilde;ados. <p style="text-align:justify">En todas estas circunstancias, el consumo de alimentos ricos en prote&iacute;nas, y que adem&aacute;s las mismas sean de &oacute;ptima calidad como es el caso de la carne de pollo, tiene un rol destacado para el mantenimiento de un buen estado de salud. <p style="text-align:center"> <p style="text-align:justify">Salud cardiovascular <p style="text-align:justify">La relaci&oacute;n entre consumo de sodio y presi&oacute;n arterial ha sido muy estudiada. Se observa que a mayor consumo de sodio, mayor posibilidad de desarrollar hipertensi&oacute;n arterial, y viceversa. <p style="text-align:justify">Por su parte, el consumo excesivo de grasas, particularmente de aquellas de tipo saturado y trans, es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de alteraciones de los l&iacute;pidos (grasas) normalmente presentes en la sangre, sobre todo triglic&eacute;ridos y colesterol. Tanto la hipertensi&oacute;n arterial como la elevaci&oacute;n de estas grasas en la sangre constituyen un riesgo para la salud y predisponen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. <p style="text-align:justify">El pollo fresco es un alimento naturalmente bajo en sodio. Una porci&oacute;n mediana de carne de pollo aporta solo el 5% de la ingesta diaria m&aacute;xima de sodio recomendada por la Organizaci&oacute;n Mundial de la Salud (OMS), establecida en 5 g de cloruro de sodio (sal de mesa) o 2000 mg de sodio al d&iacute;a. Adem&aacute;s, es un alimento rico en potasio, nutriente vinculado con efectos beneficiosos sobre la presi&oacute;n arterial y, por lo tanto, con menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. El consumo de potasio m&iacute;nimo sugerido por la OMS para alcanzar estos beneficios para la salud es de 3510 mg diarios, de los cuales 1 porci&oacute;n mediana de carne de pollo cubre el 14%, equivalente a la cantidad de potasio que aporta 1 banana grande o 1 porci&oacute;n de br&oacute;coli o 1 zanahoria mediana. <p style="text-align:justify">Por otra parte, la carne de pollo es magra por excelencia, ya que aproximadamente el 70% de su contenido total de grasas se encuentra en la piel y en un pan&iacute;culo adiposo abdominal, todo ello f&aacute;cilmente removible en forma manual antes de la cocci&oacute;n. La pechuga de pollo sin piel es uno de los cortes de carne m&aacute;s magros del mercado, con un contenido graso por porci&oacute;n de s&oacute;lo 2 gramos, lo que equivale a cubrir apenas el 3% del requerimiento total de grasas diario para un adulto tipo. <p style="text-align:justify">Adem&aacute;s del bajo contenido de grasas, la calidad de las mismas es &oacute;ptima. Las grasas insaturadas (saludables) predominan por sobre las saturadas (no saludables), en una relaci&oacute;n 2:1. Se destaca particularmente el aporte de &aacute;cidos grasos monoinsaturados de la familia de los omega 9 (del mismo tipo de los que se encuentran en alimentos como las aceitunas, aceite de oliva y palta), los cuales constituyen la tercera parte del total de &aacute;cidos grasos presentes en la carne de pollo. <p style="text-align:justify">En cuanto al aporte de grasas saturadas, el mismo es marginal. En promedio, una porci&oacute;n de carne de pollo cubre solo el 6% del consumo diario m&aacute;ximo recomendado de este grupo de &aacute;cidos grasos. Incluso en casos de restricciones estrictas al consumo de grasas saturadas, que limitan las mismas a no m&aacute;s del 5% de la energ&iacute;a total de la alimentaci&oacute;n diaria, la carne de pollo cubre, en promedio, poco m&aacute;s que la d&eacute;cima parte de dicha recomendaci&oacute;n, por porci&oacute;n. <p style="text-align:justify">Aporte de vitaminas y minerales <p style="text-align:justify">Un aspecto menos conocido de la carne de pollo es su amplio contenido de vitaminas y minerales. Estos micronutrientes, esenciales para la vida, intervienen en numerosos procesos que van desde la coagulaci&oacute;n de la sangre, las defensas del organismo y el funcionamiento muscular, hasta el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso, el crecimiento y desarrollo, y la producci&oacute;n de gl&oacute;bulos rojos y del material gen&eacute;tico de las c&eacute;lulas, entre otros. <p style="text-align:justify">Existen 13 vitaminas y alrededor de 30 minerales esenciales. La carne de pollo contiene cantidades variables de 10 minerales esenciales distintos. Entre &eacute;stos, se destacan selenio, f&oacute;sforo y cinc: El selenio interviene en la defensa del organismo contra los radicales libres, cumpliendo funci&oacute;n antioxidante, y previniendo el envejecimiento celular, relacionado con muchas enfermedades degenerativas. El f&oacute;sforo, por su parte, es esencial para el aprovechamiento de la energ&iacute;a de los alimentos, as&iacute; como para la formaci&oacute;n de huesos y dientes. Adem&aacute;s, forma parte del ADN, entre otras funciones. La falta de cinc afecta el crecimiento y desarrollo desde la etapa embrionaria, en tanto est&aacute; involucrado en la organog&eacute;nesis fetal, as&iacute; como con el sistema inmune y la cicatrizaci&oacute;n de las heridas, por lo cual es vital cubrir las necesidades de este mineral. <p style="text-align:justify">Una porci&oacute;n mediana de carne de pollo aportar&iacute;a casi la mitad de las necesidades diarias de selenio y f&oacute;sforo, y alrededor de &frac14; del requerimiento de cinc. Adicionalmente, cubrir&iacute;a casi el 10% de las necesidades de potasio y magnesio (ambos indispensables para la contracci&oacute;n muscular, entre otras funciones), y cobre (involucrado, entre otros, en el funcionamiento del sistema nervioso y en el transporte de nutrientes hacia las c&eacute;lulas). Adem&aacute;s, aporta hierro de &oacute;ptima calidad nutricional, necesario para prevenir la anemia ferrop&eacute;nica, condici&oacute;n caracterizada por cansancio, fatiga muscular, poca tolerancia al ejercicio y palidez, debido a una insuficiente llegada de ox&iacute;geno a las c&eacute;lulas causada por la falta de hierro. <p style="text-align:justify">En cuanto a las vitaminas, la carne de pollo contiene cantidades variables de todas las vitaminas que el cuerpo necesita, a excepci&oacute;n del &Aacute;cido f&oacute;lico y la vitamina C. Particularmente, se destaca por ser una buena fuente de Niacina y vitaminas B5, B6 y B12. &Eacute;sta &uacute;ltima merece una menci&oacute;n aparte, en tanto se trata de un nutriente que se encuentra casi exclusivamente en alimentos de origen animal, como la carne de pollo. Su deficiencia ocasiona alteraciones a nivel de la sangre que provocan un tipo de anemia, con los s&iacute;ntomas habituales de la misma: palidez, fatiga, palpitaciones y respuesta disminuida al ejercicio. En el 75 al 90% de los casos pueden presentarse adem&aacute;s complicaciones neurol&oacute;gicas que pueden ir desde alteraciones cognitivas leves hasta la demencia. Dependiendo de la duraci&oacute;n de la deficiencia vitam&iacute;nica, tales alteraciones pueden o no ser reversibles. Una porci&oacute;n mediana de carne de pollo cubre casi la cuarta parte de las necesidades diarias de esta vitamina en adultos sanos. <p style="text-align:justify">Este perfil de nutrientes hace de la carne de pollo un alimento &oacute;ptimo para incluir en la alimentaci&oacute;n cotidiana de personas de todas las edades, estadios biol&oacute;gicos y situaciones de salud. A su valor nutricional se suman otras cualidades no nutricionales: se trata de una carne tierna, de f&aacute;cil masticaci&oacute;n y digestibilidad, vers&aacute;til, pr&aacute;ctica, rendidora, accesible y siempre disponible, todo lo cual determina que la carne de pollo sea un aliado a la hora de alimentarse saludablemente y mantener la salud. <p style="text-align:justify">M&aacute;s informaci&oacute;n: <p style="text-align:justify">https://www.cincap.com.ar/ &nbsp; &nbsp;