Por: Mgt. Marcela Leal. Nutricionista MN 1196. M&aacute;ster Internacional en Tecnolog&iacute;a de los Alimentos. Consultor en Nutrici&oacute;n, Alimentaci&oacute;n y Sustentabilidad. Representante por Argentina de Red IESVIDAS, Investigaci&oacute;n en Estilo de Vida Saludable. Fotos: Kevin Malik en Pexels / PxHere Los cambios de h&aacute;bitos de los consumidores han migrado hacia un escenario de b&uacute;squeda de alimentos saludables, con una composici&oacute;n de l&iacute;pidos (grasas) con un perfil adecuado; en este sentido es importante considerar c&oacute;mo la industria c&aacute;rnica ha logrado, a trav&eacute;s de la alimentaci&oacute;n de cerdos y pollos, resultados finales de carnes con composici&oacute;n saludable.&nbsp; Es destacable el contexto relacionado con las recomendaciones nutricionales, desde sociedades cient&iacute;ficas hasta Gu&iacute;as Alimentarias, en lo vinculado a qu&eacute; alimentos forman parte de un plan alimentario saludable. Recientemente se han sumado tambi&eacute;n las dietas planetarias (aquellas que adem&aacute;s de saludables tienen un menor impacto ambiental).&nbsp; Algunas recomendaciones actuales referidas a la composici&oacute;n, en cuanto a la variedad de carnes, de los planes alimentarios, hablan de una migraci&oacute;n hacia dietas basadas en verduras, legumbres y pescados, por ejemplo. Y una disminuci&oacute;n del consumo de carnes rojas. Pero tambi&eacute;n debemos mencionar las alternativas que ofrece la comercializaci&oacute;n realizada a trav&eacute;s de la compra v&iacute;a Internet, como as&iacute; tambi&eacute;n el pago electr&oacute;nico de los alimentos. En las elecciones que realiza el consumidor vamos, entonces, a contemplar todas estas variables. Una mirada interesante es aquella que describe los h&aacute;bitos de consumo de carnes y su relaci&oacute;n con la dieta y la salud. Los estudios de investigaci&oacute;n que analizan las tendencias mundiales de la alimentaci&oacute;n en los &uacute;ltimos a&ntilde;os indican un inter&eacute;s acentuado hacia aquellos alimentos que, adem&aacute;s del valor nutritivo, aporten beneficios a las funciones fisiol&oacute;gicas del organismo humano. Y estas variaciones en los patrones de consumo han generado una nueva &aacute;rea de desarrollo en las ciencias de los alimentos y de la nutrici&oacute;n que corresponde a la categor&iacute;a de ALIMENTOS FUNCIONALES.&nbsp; Para aquellos alimentos que han estado en la mira de profesionales como nutricionistas y m&eacute;dicos, y tambi&eacute;n de los consumidores, como por ejemplo las carnes (tanto rojas como blancas), ser&iacute;a muy oportuno poder potenciar una IMAGEN SALUDABLE. De esta forma, una categor&iacute;a de PRODUCTOS C&Aacute;RNICOS FUNCIONALES es una excelente ventana de oportunidad. Son alimentos adaptados a los requerimientos espec&iacute;ficos de amplios sectores de la sociedad, que constituyen una ventaja de diferenciaci&oacute;n, diversificaci&oacute;n y posicionamiento, en un mercado altamente emergente. La industria c&aacute;rnica puede resaltar sus productos por cualidades positivas para el organismo.&nbsp; Desde el punto de vista de la salud, el consumo de alimentos con cantidad elevada de grasas, fundamentalmente &aacute;cidos grasos saturados (AGS), tiene consecuencias en el incremento de los niveles de colesterol sangu&iacute;neo y de las lipoprote&iacute;nas de baja densidad unidas al colesterol; con el resultado del aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, el consumo de &aacute;cidos grasos poliinsaturados (AGPI) se traduce en una disminuci&oacute;n de las concentraciones s&eacute;ricas de colesterol y la presi&oacute;n sangu&iacute;nea, de la misma forma que los &aacute;cidos grasos monoisaturados (AGMI), aunque en menor medida. Las recomendaciones actuales indican no consumir m&aacute;s de un 30% de energ&iacute;a proveniente de las grasas. Y limitar hasta menos del 10% las calor&iacute;as provenientes de los AGS y el resto procedente de los &aacute;cidos grasos insaturados con una relaci&oacute;n AGPI: AGS mayor a 0,4 y una relaci&oacute;n n-6/n-3 menor a 5. Una forma eficiente de lograr esta composici&oacute;n de grasas en el caso de la ingesta de carnes es la fortificaci&oacute;n o la adici&oacute;n de &aacute;cidos grasos n- 3 a alimentos de uso cotidiano, como las carnes. La tecnolog&iacute;a actual de alimentos nos acerca una gran variedad de productos enriquecidos.&nbsp; Son fuentes de AGPI n-3, con una contribuci&oacute;n en la dieta, alimentos como nueces y semillas, vegetales, yema de huevo, carne de pollo, cerdo, conejo y rumiantes. <p style="text-align: center;"> La producci&oacute;n de productos c&aacute;rnicos funcionales se puede conseguir a trav&eacute;s de estrategias gen&eacute;ticas y nutricionales. Las sustancias nutrac&eacute;uticas son productos basados en ingredientes procedentes de la propia naturaleza y est&aacute;n caracterizados por su riqueza en algunos nutrientes, en consecuencia con una incidencia en la nutrici&oacute;n y en la salud. &iquest;Cu&aacute;les son las sustancias nutrac&eacute;uticas involucradas?: los is&oacute;meros del &aacute;cido linoleico conjugado (CLA), los &aacute;cidos grasos omega 3, los &aacute;cidos grasos omega 6 y una relaci&oacute;n adecuada entre ambos (n-6/n-3).Las pr&aacute;cticas de producci&oacute;n animal, espec&iacute;ficamente la composici&oacute;n de los nutrientes de la dieta, pueden cambiar el perfil de los &aacute;cidos grasos de la carne, la leche y los huevos. Se ha demostrado que la composici&oacute;n de AG en el tejido adiposo de los no rumiantes como los cerdos, aves, conejos, entre otros, tienden a reflejar en su carne la composici&oacute;n de la dieta ingerida. Estas evidencias son muy importante, pues durante mucho tiempo, el consumo de carne vacuna estuvo asociado al riesgo de sufrir problemas de tipo cardiovascular debido a la alta proporci&oacute;n de AGS y muy baja concentraci&oacute;n de AGPI, de modo que la relaci&oacute;n AGPI:AGS no superara el 0,4 recomendado. Sin embargo, en los &uacute;ltimos a&ntilde;os se ha encontrado que un componente de las mismas tendr&iacute;a efectos ben&eacute;ficos para la salud humana: el CLA (&Aacute;CIDO LINOLEICO CONJUGADO).&nbsp; Los CLA poseen varios efectos beneficiosos para la salud: Efecto hipocolesterol&eacute;mico. Efecto antiaterog&eacute;nico. Acci&oacute;n inmuno-estimulante. Protecci&oacute;n contra cierto tipo de c&aacute;nceres. Seg&uacute;n estudios recientes, un consumo diario de 0.8 g/d&iacute;a de CLA tendr&iacute;a un efecto terap&eacute;utico sobre el c&aacute;ncer en personas de unos 70 kg de peso vivo. El consumo de CLA como preventivo es de 0.25 g/d&iacute;a. Antioxidante. Participaci&oacute;n en la reducci&oacute;n del peso corporal. En este escenario de salud, es importante destacar que el consumo de carne de cerdo, pollo y conejo constituye una buena manera de proporcionar compuestos saludables a los consumidores. Debido a que a trav&eacute;s de la dieta animal se puede incrementar de manera eficaz los niveles de AGPI, n-3, &aacute;cido linoleico conjugado (CLA) o vitamina E en sus carnes. La industria porcina ha logrado implementar modificaciones tanto en la composici&oacute;n como en los niveles de &aacute;cidos grasos de su carne, logrando productos finales bajos en grasa. Este resultado se ha obtenido a trav&eacute;s de la incorporaci&oacute;n de precursores en la dieta del cerdo mediante los alimentos ofrecidos al animal. Con la incorporaci&oacute;n de aceite o harina de lino, tambi&eacute;n a trav&eacute;s del consumo voluntario de pasturas de alta calidad en sistemas de cr&iacute;a semi extensivos, se consigue un perfil de &aacute;cidos grasos mejorado, caracterizado por una relaci&oacute;n n-6/n-3 m&aacute;s cercana a 5 y una mayor cantidad de &aacute;cidos grasos del tipo n-3; con un resultado final de una carne con caracter&iacute;sticas diferenciales, debido a que el cerdo deposita la grasa consumida con muy pocas modificaciones. Tambi&eacute;n, en el caso de la carne de pollo, se pueden obtener variaciones de la calidad de su grasa de acuerdo a la composici&oacute;n de la alimentaci&oacute;n que recibe el animal. Por ejemplo, las publicaciones informan acerca de dietas con aves enriquecidas con harinas de pescado, lino, colza y DHA de algas que logran relaciones n-6/n-3 de 2 a 4, cifras que se adaptan a las recomendaciones en salud humana. La industria c&aacute;rnica se encuentra en pleno proceso de poner el &eacute;nfasis en el enriquecimiento, con sustancias nutrac&eacute;uticas (CLA, &aacute;cidos grasos n-3, entre otros) de productos como huevo, leche y carne, con un objetivo final de acercar a la mayor cantidad de poblaci&oacute;n los beneficios de este tipo de nutrientes.