Por: Mariano P&eacute;rez Fotos: Banco de im&aacute;genes Hace unos a&ntilde;os atr&aacute;s, mi devenir profesional me puso frente a un empresario PyME de una empresa con (a pesar de su tama&ntilde;o) mucha representatividad en su sector, que no solo fabricaba su marca propia sino tambi&eacute;n para importantes y reconocidas firmas del rubro, incluso una de ellas de renombre internacional. Relevando su empresa para que pudiera acceder a determinada financiaci&oacute;n, una de las preguntas de la evaluaci&oacute;n era si contaban con alg&uacute;n Sistema de Gesti&oacute;n o Norma Internacional implementada y/o certificada (es usual que los clientes exijan a sus proveedores el cumplimiento de distintos requisitos de calidad). Al ser su repuesta negativa, y sabiendo por otras preguntas antes realizadas que esta empresa era proveedora de otras marcas reconocidas en el mercado, mi consulta fue si no se tornaba en una exigencia de &eacute;stas. La respuesta fue contundente: &ldquo;&iexcl;NO! &iquest;Y sab&eacute;s qu&eacute;? Excepto que a m&iacute; ALIMENTOS ARROYITO (el nombre de la empresa multinacional de la que era proveedor) me ponga los XX pesos que me cuesta mantener un Sistema de Gesti&oacute;n de la Calidad, &iexcl;NI LOCO lo hago! &iquest;Para qu&eacute;? &iquest;Sab&eacute;s lo que cuesta mantener esas cosas?&rdquo; La verdad, es que a pesar de tratar de explicarle que la calidad no es un costo, sino una inversi&oacute;n, no hubo forma de que pudiera cambiar su opini&oacute;n. &ldquo;Al hablar de Calidad se suele ver como un gasto ya que no genera un ingreso asociado al mismo. Sin embargo, lo que no se considera en muchas oportunidades son las variables directamente ligadas a la reducci&oacute;n de costos y el costo de oportunidad de los negocios perdidos&rdquo; Tiempo m&aacute;s tarde, ahora s&iacute; por exigencia de uno de sus clientes y como se acordaba de nuestra charla, me convoc&oacute; para ser parte del equipo que iba a implementar (y posteriormente certificar exitosamente) un Sistema de Gesti&oacute;n de la Calidad conforme a la Norma internacional ISO 9001 con alcance en todos los procesos de su organizaci&oacute;n. <p style="text-align: center;"> Si bien la historia con la que comenc&eacute; esta nota podr&iacute;a ser mucho m&aacute;s larga, en honor a la s&iacute;ntesis (y a no aburrir al lector) llega a su fin (y al verdadero metier de la nota) con una charla de hace unos d&iacute;as en la que entre otras cosas me dec&iacute;a. &ldquo;&iquest;Sab&eacute;s qu&eacute;? Cuando me intentaste convencer de los costos de no calidad, que la calidad no era un gasto y vaya uno a saber cuantas cosas m&aacute;s, no cre&iacute; ni un poco lo equivocado que estaba. Esta determinaci&oacute;n la deb&iacute; haber tomado a&ntilde;os antes &iexcl;La cantidad de negocios que perd&iacute;! &iexcl;La cantidad de dinero que dilapid&eacute; trabajando ineficazmente o tomando decisiones sin ninguna otra evidencia que mi propio instinto!&rdquo;. El escucharlo no solo me alegr&oacute; mucho desde el punto de vista profesional, sino mucho m&aacute;s por &eacute;l. Se suele decir, y estoy convencido, que la calidad no es un gasto. &iquest;Pero en alg&uacute;n momento se detuvieron un instante a pensar en la profundidad de la misma? Cuando hablamos de campa&ntilde;as de marketing, cuando en t&eacute;rminos m&aacute;s modernos hablamos de Inbound y pensamos en la &ldquo;inversi&oacute;n&rdquo; que esto nos genera, lo definimos internamente (a la hora de decidir) como una inversi&oacute;n porque esperamos un retorno a trav&eacute;s de ingresos por ventas. Pero al hablar de Calidad, excepto aquellos que ya hayan probado las mieles del &eacute;xito, se suele ver como un gasto ya que no (al menos en la mayor&iacute;a de los casos, en forma directa) genera un ingreso asociado al mismo. Sin embargo, lo que no se considera en muchas oportunidades, y ese es justamente el error, son las dos variables directamente ligadas a la tem&aacute;tica que aqu&iacute; nos ocupa, por una parte la reducci&oacute;n de costos y por otro el costo de oportunidad de los negocios perdidos. Aplicado originalmente a procesos industriales, el concepto de Calidad se ha ido injertando desde las actividades industriales, hacia otras administrativas y de servicios mientras que, al mismo tiempo, ha cambiado sustancialmente su sentido y aplicaci&oacute;n. En la fabricaci&oacute;n del chasis del &laquo;Modelo T&raquo;, de Henry Ford, se pas&oacute; de necesitar 728 minutos, a completarlo en s&oacute;lo 93. Esto permiti&oacute; entre otras cosas reducir los costos de producci&oacute;n y, consecuentemente, los precios. As&iacute; el Modelo T pas&oacute; de 950 d&oacute;lares en 1908, a venderse en 290 d&oacute;lares en 1927. Bienestar animal, un requisito en la calidad Actualmente el sector de alimentos se desarrolla en un mundo cada vez m&aacute;s globalizado, con consumidores cada vez m&aacute;s exigentes, donde surgen nuevos desaf&iacute;os para las industrias tradicionales. En este contexto, no s&oacute;lo los consumidores sino la comunidad en su conjunto demanda cambios que impactan en el sector, incluso comprometen el modelo de continuidad del negocio en el futuro tal cual lo conocemos.&nbsp; &ldquo;La inspecci&oacute;n del producto final ha evolucionado hasta el punto de concebir la aplicaci&oacute;n de los principios de la calidad en toda la organizaci&oacute;n, lo que podr&iacute;a inferir en decirse que estamos ante la Calidad de la Gesti&oacute;n&rdquo; As&iacute; es como hoy los requisitos de clientes hacen que nos tengamos que ocupar, por ejemplo, en hablar del Bienestar Animal, tanto durante la producci&oacute;n en el campo como durante el transporte entre predios rurales y hacia los centros de producci&oacute;n. La exigencia del estricto cuidado y aseguramiento del bienestar de los animales y su trato humanitario adquiere m&aacute;xima relevancia durante el manejo de los animales en los frigor&iacute;ficos y se convierte as&iacute; en una nueva pr&aacute;ctica a desarrollar. Actualmente, aquel enfoque basado en la importancia exclusiva de la calidad del producto apoyada &uacute;nicamente en sus atributos, hace que muchas empresas queden fuera del Mercado. La inspecci&oacute;n del producto final ha evolucionado hasta el punto de concebir la aplicaci&oacute;n de los principios de la calidad en toda la organizaci&oacute;n, lo que podr&iacute;a inferir en decirse que estamos ante la Calidad de la Gesti&oacute;n. A modo de ejemplo, y tomando como referencia la Norma m&aacute;s difundida a nivel mundial, desde su fundaci&oacute;n, ya se han elaborado m&aacute;s de 19.500 normas ISO que abarcan casi todos los &aacute;mbitos de la fabricaci&oacute;n y tecnolog&iacute;a, con m&aacute;s de 3 millones de certificados vigentes solo de ISO 9001 y 14001 en la actualidad. Entonces, &iquest;podemos permitirnos seguir pensando en cu&aacute;nto gasto por mes en mantener un Sistema de Gesti&oacute;n (certificado)? En conclusi&oacute;n, cuando hablamos de los costos de la No calidad (entendiendo as&iacute; al no cumplimiento de los requisitos del cliente), no nos estamos refiriendo a un concepto et&eacute;reo, nos referimos a costos tangibles y cuantificables entre los cuales podemos mencionar, tanto costos directos como indirectos de: Producci&oacute;n Comercializaci&oacute;n Administrativos De formaci&oacute;n (Capacitaci&oacute;n de Recursos Humanos) P&eacute;rdida de negocios Bienes de terceros Por lo tanto, cuando hablemos de Calidad, debemos saber y afirmar que la calidad no es un gasto, sino una inversi&oacute;n y cada una de nuestras organizaciones tiene el deber de identificar aquellos requisitos de clientes que implican una mejora en la competitividad. M&aacute;s informaci&oacute;n: https://lsqa.com.uy/Internacional/Argentina/Inicio