Por: Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli, director de JLU Consultora Fotos: Pexels Argentina es un pa&iacute;s netamente carn&iacute;voro, con uno de los consumos totales m&aacute;s altos del planeta, pero que fue adapt&aacute;ndose en los &uacute;ltimos a&ntilde;os a un armado distinto de la participaci&oacute;n de las tres principales carnes: la vacuna, la aviar y la porcina, dejando de ser estas dos &uacute;ltimas carnes alternativas y pasando las tres a ser carnes complementarias. El consumo de carne fresca de cerdo en la Argentina tuvo un crecimiento m&aacute;s que importante en los &uacute;ltimos 20 a&ntilde;os por distintas razones: Espacio que dej&oacute; la carne vacuna Mejora en la oferta de producto (carne fresca porcina) a trav&eacute;s de distintos canales de comercializaci&oacute;n Precio m&aacute;s competitivo que la carne vacuna Promoci&oacute;n del consumo <p style="text-align: center;">No se pude pensar que una sola de las razones antes mencionadas tenga preponderancia por sobre las otras, pero s&iacute; que la sumatoria de todas ellas permiti&oacute; subir el consumo de la carne fresca de cerdo en un pa&iacute;s dominado, hasta hace menos de 10 a&ntilde;os, por el consumo de la carne vacuna. Evoluci&oacute;n del consumo de carne de cerdo, tanto fresca como a trav&eacute;s de chacinados &nbsp; No hay dudas de que tambi&eacute;n la carne aviar tuvo su crecimiento y en momentos particulares super&oacute; al consumo de la carne vacuna, pero es de suponer que hay un techo en los 50 kilos per c&aacute;pita que ser&aacute; complicado traspasar. La carne de cerdo fresca que hoy est&aacute; en los 18.5 kilos per c&aacute;pita, en cambio, puede llegar en un primer momento a los 30 kilos en 10 a&ntilde;os y a&uacute;n no haber tocado el techo. Dentro de las razones que dio el crecimiento vemos que lamentablemente va a existir m&aacute;s espacio dejado por la carne vacuna, que cada vez hay m&aacute;s lugares donde se vende carne fresca porcina y que los precios de &eacute;sta se distancian de la carne vacuna y se acercan a la carne aviar, algo normal en cualquier lugar del mundo y que ahora se da en Argentina. Pero queda una acci&oacute;n que debe realizarse desde el seno del propio sector y es la promoci&oacute;n del consumo que, cuando se realiz&oacute; con apoyo financiero, dio excelentes resultados. Las promociones que se hicieron, y en las que tuve el honor personal de haber participado, estuvieron marcadas por distintos objetivos. Desde el primero y m&aacute;s simple de demostrar a los profesionales de la salud y la nutrici&oacute;n que la carne de cerdo fresca no era mala para la salud, hasta capacitar en las escuelas de chef c&oacute;mo se cocinaba la carne, para no secarla y que resalte la enorme virtud de ser sabrosa, en una primera etapa. Ya cuando se reconocieron los dos primeros pasos, se avanz&oacute; en la capacitaci&oacute;n de carniceros en el desposte de una media res porcina, que para los ya experimentados carniceros que lo hac&iacute;an con vacuno fue algo muy simple. En otra etapa, se trabaj&oacute; en hacer conocer otros cortes de los tradicionales, especialmente los del jam&oacute;n, la paleta que a&uacute;n hay que seguir insistiendo. La promoci&oacute;n en 20 a&ntilde;os fue de pulsos y relacionada directamente con la disponibilidad de fondos del sector, que en una primera parte fueron propios y voluntarios y en una segunda etapa fueron en parte propios y otros del aporte del Estado. Se propuso varias veces el armado de un Instituto, pero el gran inconveniente es la cantidad de entidades que pretenden participar y nada tienen que ver con el sector, o entidades que participan y no est&aacute;n interesadas en el aumento del consumo de la carne fresca. Los ejemplos en Argentina no son los que habr&iacute;a que seguir. Posibles estrategias La promoci&oacute;n del consumo debe ser constante durante todo el a&ntilde;o y no aparecer cuando se dificulta la colocaci&oacute;n de los cerdos. Es f&aacute;cil encontrar voluntades de apoyo en los momentos dif&iacute;ciles que se excusan en los momentos de bonanza. &nbsp; La financiaci&oacute;n de la promoci&oacute;n del consumo la deben realizar los que se benefician del aumento del propio consumo, como los productores, los frigor&iacute;ficos faenadores, matarifes y los que comercializan al p&uacute;blico los cortes. Los aportes voluntarios son m&aacute;s dif&iacute;ciles de lograr, pero obtienen mejores resultados al final, sin gastos de representaci&oacute;n. Solo como ejemplo, con los productores que colaboraron en la primera campa&ntilde;a y que hoy representan el 45% del total de la faena, poniendo el 0.5% del valor del cap&oacute;n y los faenadores/matarifes el 0.25% del valor, se podr&iacute;a llegar a juntar U$D600.000, pr&aacute;cticamente el doble de lo que se gast&oacute; por a&ntilde;o en las primeras campa&ntilde;as. &nbsp; Se deben promocionar los cortes de salida m&aacute;s dif&iacute;cil, en parte por falta de conocimiento de los consumidores. Hay que hacer hincapi&eacute; en que est&eacute;n a la venta y en c&oacute;mo se pueden utilizar al momento de la cocci&oacute;n. &nbsp; Hay que tener como objetivo que las clases m&aacute;s humildes incluyan la carne de cerdo como una opci&oacute;n de consumo, con cortes baratos. La forma en la que m&aacute;s se consume la carne de cerdo en el mundo (que a su vez es la m&aacute;s consumida entre todas las carnes) es en guisados. El agregado de la carne de cerdo en un guiso, garantiza el aporte de prote&iacute;na de calidad, amino&aacute;cidos, vitaminas y minerales. &nbsp; Aumentar la presentaci&oacute;n de cortes similares a los de la carne vacuna y la utilizaci&oacute;n en los platos que m&aacute;s consumimos los argentinos, como la milanesa o las empanadas. &nbsp; Buscar platos regionales que incluyan carne de cerdo y promocionarlos o reemplazar los platos tradicionales de carne vacuna, con carne de cerdo. &nbsp; Marcar la diferencia de la carne fresca de cerdo nacional, contra la carne congelada de cerdo importado, con un sello o s&iacute;mbolo diferencial. Los argentinos consumimos carne fresca, no congelada. <p style="text-align: center; margin-left: 80px;"> Conclusi&oacute;n Es importante lo que se hizo y que permiti&oacute; el aumento del consumo de la carne de cerdo como fresca, colocando a la Argentina entre los tres pa&iacute;ses de Am&eacute;rica Latina que m&aacute;s la consumen. De ahora en m&aacute;s, si bien las condiciones del mercado favorecer&aacute;n por precio y disponibilidad el aumento de la carne fresca de cerdo, es necesario redoblar el esfuerzo en la promoci&oacute;n del consumo, pilar fundamental que garantizar&aacute; dicho crecimiento.&nbsp; Un aporte peque&ntilde;o de la producci&oacute;n (0.5%) y los faenadores/matarifes (0.25%) generar&iacute;a un fondo suficiente para abordar una campa&ntilde;a m&aacute;s que interesante. Este aporte deber&iacute;a verse como una inversi&oacute;n y no como un gasto. &nbsp;