Producción • INFORME ESPECIAL

Bioseguridad en las granjas de producción porcina

La implementación de medidas para prevenir el ingreso o propagación de enfermedades debe ser sostenida en el tiempo y abarcar todos los niveles, desde el personal técnico hasta los productores, operarios y personas externas al establecimiento.

  • 08/12/2022 • 17:00

Por: Paola Papaleo, Editora General Revista Solo Aves y Porcinos Digital. Con información extraída de la disertación brindada por Facundo Evangelista -Esp. Médico veterinario, Docente universitario en la cátedra de Producción de Porcinos de la Facultad de Cs. Veterinarias de la Universidad Nacional de Rosario- en la Cuarta Jornada de Integración de la Cadena Porcina organizada por Red Alimentaria.

Fotos: Banco de imágenes

En Argentina hay algo más de 3.500 unidades productivas, 340.000 cerdas en producción y casi 7 millones 500 mil cabezas enviadas a faena, según datos de 2021. Todos estos números se concentran, en un 80%, en cuatro provincias: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos., es decir un cuarto del territorio nacional.

La producción en la última década tiene una tendencia ascendente muy marcada, con un crecimiento promedio del 9% anual. Tanto esta tendencia creciente que tiene el sector como la concentración que existe, hacen que sea importante centrarnos en bioseguridad. Ésta se define como un conjunto de prácticas y manejos, protocolos y procedimientos técnicos, destinados a la reducción del riesgo de entrada y/o diseminación de enfermedades en una población de animales.

¿Por qué es importante trabajar en bioseguridad?:

  • Disminuye el riesgo de introducción o diseminación de una enfermedad
  • Mejora los niveles de salud en los establecimientos
  • Reduce o elimina el uso de antibióticos
  • Mejora la rentabilidad
  • Permite obtener carne más segura

Podemos entender a la bioseguridad como un conjunto y sumatoria de medidas, que sean prácticas y aplicables, que se van a definir a través de un análisis de riesgo establecido a través de estudios epidemiológicos. Su aplicación debe ser sostenible a lo largo del tiempo.

Principales riesgos de contaminación en granjas:

  • Animales: las enfermedades ingresan a las granjas en un 90% a través de animales por la reposición o la genética liquida como el semen. Por lo que es importante conocer su origen.
     
  • Personas: técnicos, ingreso de visitas, personal.
     
  • Silvestres: fauna salvaje, aves, roedores. 
     
  • Transporte: conocer el origen, la frecuencia de viajes, si tiene certificación de lavado.

Factores a considerar en el diseño de protocolos de bioseguridad

  1. Localización y diseño de la granja: presencia de otras granjas, presencia de frigoríficos, presencia de depósitos de residuos, tipo de terreno, ruta y/o caminos, ambientes, cercos perimetrales, ubicación de la entrada y estructura interna (distribución), filtro sanitario, zona de carga y descarga, maquinarias y equipos (uso interno).
     
  2. Personas (visitas, técnicos, operarios): se debe tener la mayor restricción posible al ingreso. La persona que ingrese debe realizar un cambio de vestimenta y declarar no haber estado en contacto con cerdos previamente. Se debe implementar un libro de visitas donde la persona declara la causa del ingreso. 
     
  3. Limpieza y desinfección: debemos protocolizar cómo se deben lavar cada uno de los sectores del establecimiento. Se debe realizar una limpieza seca y luego una limpieza húmeda con el uso de detergentes y agua a presión. Por último se procede a la desinfección. Luego se realiza un vacío sanitario entre ciclo y ciclo.
     
  4. Flujo de producción: se refiere a la circulación que tienen los animales dentro de un establecimiento y al manejo de lo que se denomina “todo adentro, todo afuera” (el ingreso de la totalidad de animales a un sector y en el momento en que siguen su flujo productivo se retira la totalidad de animales, así la sala permanece vacía para realizar el protocolo de limpieza y desinfección). 
     
  5. Introducción de reposición: puede ser interna o externa. Es importante saber el origen, conocer las granjas de dónde provienen y el estado sanitario de los establecimientos, coordinar con las empresas de genética para que el origen de los animales que llegan sean en lo posible del mismo multiplicador, contar con cuarentena o espacios aislados para la realización de la cuarentena.
     
  6. Origen de agua y alimento: es importante verificar con análisis periódicos la calidad de agua que se utiliza y corregir de ser necesario, conocer el origen del alimento o materias primas, cómo es el transporte y cuál es el almacenamiento que le vamos a dar. Debemos contar con controles de calidad permanente.
     
  7. Manejo integrado de plagas: roedores, insectos  aves. No solo son portadores de enfermedades y contaminación de alimentos, sino que también causan daños a la estructura. Se debe prohibir además la presencia de mascotas. Establecer protocolos integrales de control y colocar mallas anti-pájaros. 
     
  8. Disposición y tratamiento de efluentes: manejo de fosas en los galpones; sistema de conducción; almacenamiento, separadores de sólidos; fosas y biodigestores; uso agronómico. 
     
  9. Disposición y tratamiento de cadáveres: incineración, enterramiento, compostaje, rotocompostador, disposición y tratamiento de residuos.
     
  10. Educación y capacitación: adaptación y medidas de protocolo, las cuales deben ser operacionales, prácticas y factibles, además de sostenibles en el tiempo. Se deben ofrecer los medios para su implementación, monitorear su cumplimiento y realizar una readecuación en caso de ser necesario. 

El nivel de bioseguridad en las granjas argentinas es sumamente variable y presenta un amplio margen de mejora. Es necesario establecer programas continuos de capacitación en salud y bioseguridad en todos los niveles (profesionales, productores, operarios, etc.).

Se debe trabajar estrechamente con los técnicos para establecer protocolos sostenibles monitorear su cumplimiento. Por último, es necesario disponer de medidas de financiamiento para inversión en bioseguridad.