Producción • INFORME ESPECIAL

Influenza Aviar ¿Cómo recuperar el estatus de país libre de esta enfermedad?

La aparición por primera vez de un bro te de esta enfermedad en Argentina abrió el debate sobre los controles de bioseguridad y el rol que cumple la vacunación tanto en la prevención del contagio en las aves como en los certificados exigidos por los mercados internacionales.  

  • 21/04/2023 • 09:37

Por: Paola Papaleo, editora de la revista digital Solo Aves y Porcinos.

Fotos: Banco de imágenes

La influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) es una enfermedad de alto impacto en la producción avícola que afecta tanto a las aves domésticas (principalmente gallinas, patos, pavos y gansos) como a las aves silvestres. Esta enfermedad nunca había estado presente en el territorio argentino, por lo que el país contaba con el estatus de ser libre de Influenza Aviar, pudiendo gozar de la ventaja que esta situación conlleva al no tener restricciones sanitarias para la apertura y mantenimiento de mercados de exportación. Sin embargo, a partir del 28 de febrero de 2023, con la detección de los primeros casos de IAAP en aves de corral (comerciales), se perdió temporalmente esa condición, poniendo no solo en alerta sino en acción a todos los eslabones, tanto del ámbito público como privado, del sector avícola.

Como primera medida, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) decidió la autosuspensión de las exportaciones de productos aviares, cumpliendo con las normas internacionales. Localmente, el foco está puesto en profundizar las medidas de bioseguridad. “Cualquier tipo de falla en los controles de bioseguridad puede tener consecuencias en una granja comercial. Por eso pedimos solidaridad en el sector y poner el máximo esfuerzo ante el escenario actual. La vigilancia y la colaboración de todos los actores son las herramientas de prevención que tenemos”, dice Rodolfo Acerbi, vicepresidente del organismo. En tal sentido, indicó que el SENASA “continúa trabajando de manera conjunta con el sector privado y con los ministerios de Agricultura, Producción y de Ambiente de cada provincia, controlando en todo el territorio nacional los focos que se detectan, con el fin de seguir fortaleciendo los controles y prevenir la dispersión de la enfermedad”.

Según el informe diario sobre muestras enviadas desde las distintas provincias al Laboratorio Nacional, los análisis realizados desde que se detectó el virus en aves silvestres hasta el 31 de marzo, dieron como resultado que, de las más de 320 notificaciones analizadas, se registraron 70 detecciones de la enfermedad en total en todo el país. Los casos confirmados son en aves de traspatio (56), sector comercial (9) y silvestres (5), distribuidos de la siguiente manera: 19 en Córdoba, 18 en Buenos Aires, 10 en Neuquén, 8 en Santa Fe, 5 en Río Negro, 2 en San Luis, 2 en Chaco, 2 en La Pampa, 1 en Jujuy, 1 en Santiago del Estero, 1 en Salta y 1 en Chubut.

A su vez, esta enfermedad está avanzando también en otros países de la región convirtiéndose ya en una preocupación global. “Regionalmente hay 14 países de América Latina y el Caribe ya infectados según la OMS, y la mayoría antes que nosotros”, expresa Pablo Martino, primer Vocal Titular de la Asociación Argentina de Zoonosis (AAZ) y directivo de la Sociedad de Medicina Veterinaria (SOMEVE).

Recuperar los mercados internacicionales

La autosuspensión de las exportaciones por la aparición IAAP en granjas comerciales, implicó la caída automática del certificado que otorgaba el estatus de país libre de Influenza Aviar, por lo cual desde el SENASA, en conjunto con la Cancillería argentina, se comenzaron “negociaciones que pueden llevar de 3 a 9 meses, dependiendo de cada país, para lograr nuevos certificados con los países compradores y así destrabar las exportaciones de carne aviar y huevo a través de certificaciones de otra índole, como por ejemplo: decir que las aves provienen de una zona que no ha tenido casos de IA. Una forma más ágil de avanzar”, explica Acerbi. Así, a través de acuerdos bilaterales entre los servicios sanitarios de cada país se lograron, hasta el momento, recuperar “más de 30 destinos” afirma Carlos Sinesi, gerente de CEPA (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas) y agrega que aún quedan por recuperar dos mercados importantes como Chile y China.

Otras negociaciones en las que se está trabajando son las exigencias sanitarias para restituir las exportaciones de genética aviar a países del MERCOSUR y México, en cumplimiento de las recomendaciones internacionales para los intercambios de estas mercancías.

En lo referente a carne aviar fresca, recientemente el SENASA logró acuerdos para continuar las exportaciones con Hong Kong y Rusia, que excluyen a las áreas afectadas por IA.

Por otra parte, en los casos en que al producto a ser exportado se le aplica un tratamiento térmico (carne aviar termoprocesada, huevo en polvo o pasteurizado), siendo que este tratamiento inactiva el virus de IAAP, se logró que puedan ser exportados con los mismos certificados sanitarios de exportación.

“La preocupación está centrada en la necesidad de recuperar, lo antes posible, el estatus sanitario, la producción y la confianza de todos los mercados de exportación que permitan reanudar las exportaciones con la fluidez que se tenía antes de la declaración de la presencia de la IAAP en la República Argentina”, reconoce el MV Mg Leonardo O. Mascitelli, presidente de IPSAL (Iniciativa para la Seguridad Agroalimentaria Latinoamericana).

Consecuencias de la IA

Si bien la IAAP es una enfermedad zoonótica, su potencial transmisión de las aves a las personas es bajo, siendo el mayor grupo de riesgo el de los trabajadores en contacto directo con las aves. Asimismo, “como toda crisis sanitaria puede generar un impacto negativo en la seguridad alimentaria”, dice Mascitelli. El profesional nombra, además, que esta situación “afecta directamente a la cadena productiva por una menor producción dada por las pérdidas en sanidad animal y los consecuentes cierres de mercados de exportación, lo cual tiene un costo social por la potencial pérdida de fuentes de trabajo. También se tienen que contar las pérdidas económicas por la eliminación de planteles de aves en cantidad y en valor genético dependiendo si se trata de reproductores, parrilleros (carnes, productos y subproductos) y/o aves de postura (huevos)”. Dada la rápida recuperación de los mercados internacionales, el mayor impacto económico, coincide Sinsei, está dado por “el sacrificio de animales” que deba hacer la granja afectada a nivel local.

Uno de los sectores que se ve indirectamente afectado ante esta situación es el de alimentos balanceados, dentro del cual las aves de engorde ocupan un 25% del mercado, mientras que las aves de postura un 9%. “A medida que los casos aumenten, habrá una baja en la producción y una posible afectación a la cadena de pagos” anticipa Francisco Schang, Gerente de CAENA (Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal).

Sumado a todo lo anterior, no es menos importante el impacto sobre el medio ambiente. Como explica Martino, “no se debe descuidar el criterio conservacionista, si bien la cepa se está transmitiendo globalmente entre aves silvestres con mucha mayor facilidad que en años anteriores, y posicionándose como un significativo riesgo para otras especies vulnerables, cualquier acción directa sobre las aves silvestres para mitigar estos brotes puede empeorar la situación, aún más, afectando la naturaleza, sus migraciones y comportamiento biológico”.

Vacunación vs. estatus de país libre de IA

Hasta el momento, por ser país libre de Influenza Aviar, la implementación en Argentina de una vacuna para prevenir esta enfermedad, no era una opción discutible. Sin embargo, con los recientes brotes en las producciones avícolas comerciales, se instaló el debate sobre si la vacunación puede ser una solución o, quizás, un enemigo.

Como explica el presidente de IPSAL, “en Argentina no se vacuna contra la IAAP, por lo tanto la forma de recuperar el estatus de país libre es mediante el sacrificio sanitario de los planteles afectados, por eso un análisis y discusión que debería darse es si se establece la vacunación como herramienta estratégica para esta enfermedad”. En este sentido, los representantes del SENASA estarán participando, entre el 19 y el 22 de abril, de un encuentro que organiza la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) en México con todos los países americanos para hacer una evaluación sobre las distintas herramientas de lucha contra esta enfermedad, entre ellas la vacuna, y su impacto en el comercio. Este debate se replicará en el mes de mayo en París. "Las vacunas desarrolladas hasta ahora previenen que las aves se enfermen o se mueran, pero no previenen la circulación viral; con lo cual, el virus sigue circulando y puede mutar, hacerse cada vez más infectivo" explicó la Directora Nacional de Sanidad Animal en SENASA, Ximena Melón, quien resaltó que "el uso de la vacuna es bienvenido, siempre que esa vacuna ayude al control de la enfermedad y no lo complique, pero tampoco al comercio internacional".

A su vez, Melón anticipó que desde el SENASA se está trabajando en "un protocolo para poder hacer el registro de vacunas y estar preparados por si se genera una estrategia y es aceptada a nivel mundial, y poder usar ello como una herramienta más en el control de la enfermedad". En este sentido, sostuvo que hay que apuntar a alcanzar "un equilibrio que tiene que mantenerse permanentemente entre lo que es tener el menor impacto en la producción nacional y al mismo tiempo en lo que son los mercados de exportación".

Por su parte, Sinesi explica que una de las condiciones actuales para que un país sea libre de una enfermedad animal, es no vacunar. En este sentido si se quiere recuperar ese estatus con respecto a la Influenza Aviar, habrá que erradicar el virus y realizar las acciones que comprueben que ya no se encuentra en ninguna granja comercial del país, lo cual puede demorar unos 90 días. Por lo tanto, “dadas las condiciones de hoy, la visión de CEPA es no vacunar. Si a futuro la decisión es otra, se evaluará”, aseguró el gerente de la entidad. 

Otra mirada es la de la Asociación Argentina de Zoonosis, para cuyos integrantes “es urgente vacunar a los pollos para acelerar su control, preservar la producción y evitar, por otro lado, que el virus mute y se combine con el de la gripe humana, lo que podría producir una catastrófica epidemia mundial. Y, como hay disponibilidad de drogas y vacunas contra H5N1, una hipotética pandemia por influenza aviar sería más manejable que la del COVID-19, por ejemplo”.

Si bien la OMS aún no decide la recomendación del uso de vacunas como medida de urgencia, desde la AAZ consideran que “se debería iniciar el proceso de vacunación sin más dilatación, como están haciendo Uruguay, Chile o Bolivia. Sin una vacunación masiva, también la producción de ponedoras y de pollo de campo podría desaparecer para siempre del menú en algunos países en desarrollo, particularmente. Es imprescindible, entonces, asegurarse preventivamente al menos un stock de vacunas en el mercado internacional con laboratorios de Estados Unidos, Europa, y México, ya que varios países ya se han posicionado en la compra de ellas”.

Para el profesor Arjan Stegeman, miembro de la Comisión Internacional del Huevo (IEC)** “la actual estrategia de ‘sacrificio sanitario’ ya no elimina el virus, por lo que si no cambiamos la forma en que enfrentamos esta enfermedad, la industria avícola está en grave peligro”. Considerando que la vacunación es la herramienta para combatir la influenza aviar, la IEC junto al Consejo Avícola Internacional (CAI) redactaron un comunicado dirigido a los organismos internacionales de sanidad animal y a todos sus países miembros para que “convenzan a los directores veterinarios nacionales de respaldar la vacunación”.

Por su parte, el Presidente del Grupo de Trabajo de IEC sobre influenza aviar, Ben Dellaert, señala que existen múltiples obstáculos antes de que se pueda implementar la vacunación. “Por supuesto que hay cuestiones técnicas. ¿Qué vacuna para qué cepas de virus? ¿Podemos diferenciar entre aves vacunadas e infectadas? ¿Qué lineamientos debe dar nuestro programa de vigilancia de la influenza aviar? Dicho esto, los problemas técnicos se pueden superar ya que hay mucha investigación en curso. El verdadero desafío que debe superarse antes de que podamos avanzar son las restricciones comerciales. Si la vacunación conduce a restricciones comerciales, será difícil implementar una nueva estrategia contra la influenza aviar para los países exportadores”, concluye.

* La redacción de Solo Aves y Porcinos convocó a CAPIA para participar de este informe, cuyo presidente -Javier Prida- indicó que su postura está alineada con la del SENASA.

** Fuente: https://www.poultryworld.net/health-nutrition/health/avian-influenza-unspeakable-damage-and-unexplainable-consequences/