Por: Amalie Ablin* Licenciada en Ciencia Pol&iacute;tica (Universidad del Salvador, Buenos Aires). Postgrado Programa de Capacitaci&oacute;n Ejecutiva en Agronegocios (Universidad de San Andr&eacute;s, Buenos Aires) Fotos: Banco de im&aacute;genes La Comisi&oacute;n del Codex Alimentarius (CAC) constituye un organismo establecido en 1962 como resultado de un proyecto conjunto desarrollado entre las dos agencias de las Naciones Unidas -Organizaci&oacute;n Mundial de la Salud (OMS) y Organizaci&oacute;n Mundial para la Agricultura y la Alimentaci&oacute;n (FAO)- responsables de proteger la salud de los consumidores y garantizar pr&aacute;cticas leales en el comercio internacional de alimentos. En tal sentido cabe a la CAC homogeneizar a nivel multilateral las normas, c&oacute;digos de pr&aacute;ctica, directrices y otras recomendaciones internacionalmente reconocidas relacionadas con la producci&oacute;n e inocuidad de los alimentos a efectos de su consumo y comercializaci&oacute;n seguros.&nbsp; Al respecto, la CAC atribuye a los productos c&aacute;rnicos la condici&oacute;n de principales aportantes proteicos en la alimentaci&oacute;n de gran parte de las sociedades, en tanto &ldquo;todas las partes de un animal que han sido determinadas como inocuas y aptas para el consumo humano o se destinan a tal fin&rdquo;, se encuentran compuestas por agua, prote&iacute;nas y amino&aacute;cidos, minerales, grasas y &aacute;cidos grasos, vitaminas y otros componentes bioactivos, as&iacute; como peque&ntilde;as cantidades de carbohidratos. Sin embargo, la visi&oacute;n tradicional que presume a las carnes como alimento de origen exclusivamente animal, sufre al presente un incipiente desaf&iacute;o derivado del desarrollo de sustitutos vegetales. &Eacute;stos se encuentran ganando inusitada popularidad dado el n&uacute;mero creciente de consumidores que se inclinan por la adopci&oacute;n de dietas vegetarianas (que s&oacute;lo excluyen la ingesta de carnes o pescados) as&iacute; como veganas (no incluyen productos de origen animal ni sus subproductos) descartando la ingesta no s&oacute;lo de carnes, pescados y aves, sino tambi&eacute;n de huevos, productos l&aacute;cteos, miel o gelatina. Este avance es presentado como el resultado de una creciente conciencia en favor de la preservaci&oacute;n de la salud por parte de tales consumidores junto a su preocupaci&oacute;n por el futuro del medio ambiente. Dado que los mismos consideran que la cr&iacute;a animal perjudica la preservaci&oacute;n medioambiental, han promovido el desarrollo de prote&iacute;nas alternativas bajo otros esquemas. Como resultado, se estima que la industria mundial de sustitutos c&aacute;rnicos alcanzar&aacute; un valor de U$S 4 mil millones hacia el a&ntilde;o 2026, creciendo a una tasa compuesta anual de casi 8% al a&ntilde;o durante el per&iacute;odo 2021-2026. &nbsp; &ldquo;La visi&oacute;n tradicional que presume a las carnes como alimento de origen exclusivamente animal, sufre al presente un incipiente desaf&iacute;o derivado del desarrollo de sustitutos vegetales&rdquo; <p style="text-align: center;"> En primer lugar, se estima que las asociaciones de productores ganaderos y sus socios/empresas procesadoras deber&iacute;an trabajar conjuntamente con los organismos nacionales correspondientes para garantizar elevados est&aacute;ndares sanitarios capaces de eliminar los riesgos en la materia con un resultado satisfactorio en los procesos de control, de forma de asegurar controles sanitarios favorables que permitan garantizar la inocuidad de su producci&oacute;n y comercializaci&oacute;n en su mercado local, as&iacute; como en los destinos externos a los cuales se dirigen sus mercanc&iacute;as. As&iacute;, no cabe duda de que en materia tecnol&oacute;gica y de infraestructura la actividad requiere espacios de trabajo con un mayor grado de avance capaz de responder a los desaf&iacute;os de tipo sanitarios futuros. En este sentido cabe reconocer que a&uacute;n subsiste un vasto n&uacute;mero de establecimientos de tipo tradicional, que no alcanzan a cumplimentar los niveles de eficiencia est&aacute;ndar exigidos. Las reconversiones tecnol&oacute;gicas de ambientes productivos tradicionales por v&iacute;a de su automatizaci&oacute;n tienden a mejorar los m&aacute;rgenes de eficiencia en el proceso para convertir las carnes en alimentos procesados. Asimismo, en t&eacute;rminos medioambientales resulta necesario promover la adopci&oacute;n de tecnolog&iacute;as para el tratamiento de efluentes debido al fuerte crecimiento de la producci&oacute;n en los &uacute;ltimos a&ntilde;os. En este sentido, la adopci&oacute;n de t&eacute;cnicas y procedimientos para el tratamiento de desechos en plantas faenadoras contribuyen sustancialmente a evitar la contaminaci&oacute;n ambiental y mejorar la bioseguridad en la producci&oacute;n. Finalmente, en el &aacute;mbito institucional resulta relevante destacar la necesidad de promover mayor transparencia entre los eslabones de la cadena productiva a trav&eacute;s de la formalizaci&oacute;n contractual y establecimiento de precios de referencia para la actividad de engorde. &ldquo;Se estima que la industria mundial de sustitutos c&aacute;rnicos alcanzar&aacute; un valor de U$S 4 mil millones hacia el a&ntilde;o 2026, creciendo a una tasa compuesta anual de casi 8% al a&ntilde;o durante el per&iacute;odo 2021-2026&rdquo;&nbsp; Tambi&eacute;n resultar&iacute;a muy ilustrativo que estudios relacionados a una creciente concientizaci&oacute;n de los consumidores de las noticias relevantes del sector fueran difundidos, de forma de elevar su informaci&oacute;n en la materia, evitando la expansi&oacute;n de informaciones confusas o err&oacute;neas. Ello podr&iacute;a dinamizarse a trav&eacute;s de las redes sociales, spots publicitarios y otros mecanismos de difusi&oacute;n en los medios. En efecto, un adecuado esquema de estrategias de marketing exige perfeccionar las acciones t&aacute;cticas de comunicaci&oacute;n, apuntando a las percepciones que se generan en los potenciales destinatarios de mensajes publicitarios y el marketing digital y la gesti&oacute;n de las redes sociales permitiendo que los mismos se conviertan en una efectiva fuente de competitividad en el futuro cercano. A modo de ejemplo, en el caso de la Argentina, seg&uacute;n la encuesta realizada por el Instituto de la Promoci&oacute;n de la Carne Vacuna Argentina en el a&ntilde;o 2021, s&oacute;lo un 15% de la gente comprar&iacute;a carne sint&eacute;tica o de laboratorio si se empezara a comercializar en el pa&iacute;s. La mayor parte de la sociedad, un 79%, piensa que la carne elaborada en base a c&eacute;lulas animales no deber&iacute;a llamarse carne porque confundir&iacute;a al consumidor. Y solo el 35% ha probado, hasta el momento, hamburguesas vegetales que imitan a las hamburguesas vacunas reales. En conclusi&oacute;n, se debe intentar aglutinar un sector pecuario unido, que permita la interacci&oacute;n de grandes y peque&ntilde;os actores, respetando y potenciando las soluciones a problemas espec&iacute;ficos de inter&eacute;s nacional, en tanto las diversas variedades de carnes siguen constituyendo la principal fuente de prote&iacute;nas tanto en la Argentina como en el mundo. (*) Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad del autor y no comprometen a la instituci&oacute;n en la cual se desempe&ntilde;a