Producción • INFORME ESPECIAL: BIENESTAR ANIMAL

Efectos del estrés calórico en producción porcina

Las altas temperaturas afectan negativamente a los cerdos de diferentes edades, por lo cual es importante conocer las estrategias existentes para minimizar su efecto sobre los animales.

  • 13/06/2023 • 11:42

Por: Paola Papaleo, editora de la revista digital Solo Aves y Porcinos. Con información extraía de la disertación de M.V. Gerardo Roulet -Asesor Técnico Comercial en BioAromas LatinoAmericana SRL-, durante la Segunda Jornada Porcina "Desafiando los límites de la productividad" organizada Red Alimentaria*

Fotos: Banco de imágenes / Gerardo Roulet

El estrés calórico es la combinación de factores medioambientales que se alejan de la zona de confort de los cerdos, lo cual tiene como consecuencia cambios fisiológicos y de comportamiento, tendientes a la adaptación a la nueva condición ambiental.

Se asocia con altas temperaturas pero también puede ocurrir en el caso de bajas temperaturas. De esta manera afecta a todas las categorías del criadero pero con un efecto mayor en las madres lactantes, los machos, en las madres gestantes y en el engorde.

  • Reproductores machos

Las altas temperaturas pueden afectarlo sensiblemente y disminuir su calidad espermática con un incremento de espermatozoides anormales y disminución de la motilidad espermática. Esta condición puede durar de 6 a 8 semanas. Esto puede llevar también a tener fallas en los servicios o disminución de la libido por la combinación de las altas temperaturas y humedad, que hace que el cerdo no reaccione a los estímulos para hacer el servicio de la hembra. La consecuencia es una merma en los lechones nacidos o de la dosis para inseminación.

  • Reproductoras

Las consecuencias relacionadas con el estrés calórico son varias:

Anestro: desbalance en la producción hormonal de calidad, lo que provoca que cuando la cerda salga de la lactancia tenga una pérdida de reserva corporal que va a hacer que el intervalo destete-celo sea más largo.

Repeticiones de celo: por muerte embrionaria que ocurre por las altas temperaturas.

Cerdas en lactancia: hay una disminución marcada de la producción de leche por lo que se van a destetar lechones más livianos o incluso puede no haber producción con la consecuente muerte de lechones.

Factores medioambientales que determinan el estrés calórico:

  • Temperatura ambiente elevada
  • Humedad ambiental elevada
  • Ventilación
  • Sombra
  • Acceso al agua de bebida
  • Acceso a refrescadores: charcos, lagos, ríos, arroyos, etc.

Factores propios del cerdo:

Genéticos: los cerdos de genética de punta tienen el metabolismo un poco más acelerado que el resto, producen entre un 18 / 20% más de calor; lo cual no sucede en los cerdos más rústicos que están mejor adaptados a las altas temperaturas pero sus producciones son bastante menores.

Anatómicos: el cerdo tiene pulmones muy chicos en relación a la masa corporal, por lo que no puede eliminar tanto calor. No poseen glándulas sudoríparas funcionales y tienen una capa de grasa aislante que en épocas de calor les dificulta su eliminación.

Edad: los animales más jóvenes son menos sensibles a las altas temperaturas.

Etapa zootécnica: las cerdas en preparto y lactancia son muy sensibles a las temperaturas y humedad elevadas.

Una manera de darnos cuenta de que los cerdos están con la temperatura que corresponde, es decir con la temperatura de confort, es observando su comportamiento. Si están muy desparramados, estirándose por el piso para eliminar más calor, o con una frecuencia respiratoria muy agitada, son indicios que van a comenzar a mostrar cambios en su comportamiento para tratar de adaptarse a la temperatura alta.

Cuando se combinan una temperatura elevada (28º o más) y una humedad elevada (30% o más), el estrés calórico es importante y repercute sobre la salud intestinal y el rendimiento de los cerdos, disminuyendo la ganancia diaria y el consumo de alimento.

En el aspecto intestinal, en caso de estar sufriendo estrés calórico el cerdo aumenta la irrigación de la sangre a nivel de la piel para tratar de enfriar el cuerpo, lo cual disminuye la irrigación del intestino y produce una baja en la unión de enterocitos haciendo más permeable al intestino a la entrada de toxinas o patógenos que van al torrente sanguíneo y pueden provocar alguna enfermedad o la muerte.

Según el sistema de producción, las soluciones para enfrentar al estrés calórico van a variar:

Sistemas al aire libre: menor posibilidad de controlar el ambiente en lo que respecta a temperatura, humedad, radiación solar, vientos, lluvias, etc., lo cual limita la posibilidad de utilizar reproductores de genética más avanzada. Las medidas para minimizar el estrés son: sombra, alfombra vegetal, refrescadores, agua de bebida fresca y abundante, dietas de verano (menos proteína, menos fibra, más aminoácidos, uso de aceites como fuente de energía, saborizantes), y plan de alimentación en horas más frescas.

Sistemas confinados: permiten controlar los parámetros de temperatura y humedad con la ventilación, adaptando los ambientes a la edad y al peso de los animales. Permiten expresar en mayor medida el potencial genético. Para minimizar los efectos se sugiere: aislación térmica de techos, cielorrasos, etc.; paneles evaporativos; ventilación adecuada; agua de bebida abundante y de calidad; dietas de verano (menos proteína, más aminoácidos, aceites como fuente de energía, saborizantes, alimento peleteado, prebióticos, protectores hepáticos, otros aditivos).

Conclusión

El estrés calórico afecta negativamente a cerdos de diferentes edades. En el caso de las hembras perturba considerablemente el normal desempeño reproductivo, mientras que en los machos compromete la calidad y producción espermática con casos donde nunca se recuperan. Los lechones recién nacidos son los menos sensibles a las altas temperaturas, pero muy sensibles a las bajas.

Los sistemas al aire libre no permiten controlar adecuadamente el ambiente y debe utilizarse genética más rustica por ser más tolerante al estrés calórico. En el caso de los sistemas confinados se controlan más parámetros ambientales, permitiendo utilizar genética de alto potencial productivo.

La maternidad es el lugar más difícil de manejar la temperatura ya que conviven dos edades, lechones y cerda madre, con diferentes requerimientos térmicos.

En cuanto al uso de saborizantes y aditivos de distinto tipo en el alimento y el agua de bebida, colaboran para mantener el consumo de nutrientes.

En definitiva, adecuar dietas, formas de alimentación, instalaciones y manejo de los animales permitirá disminuir los efectos negativos del estrés calórico.

* Puede ver la presentación completa de Gerardo Roulet en la Segunda Jornada Porcina "Desafiando los límites de la productividad" organizada Red Alimentaria, haciendo clic aquí: https://www.youtube.com/watch?v=YEdZGWasPwk&list=PLqXewixfbVy2yJ1bEMFLhof5JIbFtVXIx&index=5

Más información:
https://bioaromas.com/