Por: Agust&iacute;n Seijas, Director Ejecutivo de la Federaci&oacute;n Porcina Argentina Fotos: FPA <p style="text-align: center;"> <p style="text-align: center;"> La Federaci&oacute;n Porcina Argentina (FPA) es la continuidad de la Asociaci&oacute;n Argentina Productores de Porcinos, que actualmente se consolida como la voz unificada de las organizaciones territoriales y asociaciones no territoriales comprometidas con el desarrollo sostenible de nuestra actividad, y con la mirada puesta en un futuro prometedor para la industria en nuestro pa&iacute;s. En este nuevo a&ntilde;o que comienza y, ante el reciente cambio de gobierno, resulta indispensable crear las condiciones necesarias para consolidar a la FPA como la organizaci&oacute;n m&aacute;s representativa del sector porcino en Argentina, que vele por los intereses de la industria de manera justa e igualitaria para todos los actores involucrados. Si bien el panorama a nivel pa&iacute;s comienza a aclararse de a poco, a&uacute;n restan muchas medidas para permitir que la industria porcina despliegue todo su potencial, que definitivamente ser&aacute; de gran ayuda para el desarrollo de Argentina. Como sector productivo debemos tener un norte claro, pero sobre todo cu&aacute;les son los desaf&iacute;os que enfrentamos actualmente y c&oacute;mo podemos abordarlos de la manera m&aacute;s eficaz posible.&nbsp; En 2023 la producci&oacute;n porcina present&oacute; un crecimiento del orden del 5%, una tendencia que se viene sosteniendo en los &uacute;ltimos a&ntilde;os y que va de la mano del aumento en el consumo de carne de cerdo que se viene experimentado en los &uacute;ltimos tiempos, pasando de entre 3 y 4 kilos por habitante por a&ntilde;o a alrededor de 18 kilos en la actualidad. Sin embargo, el potencial que tiene el sector para aumentar su producci&oacute;n no ha llegado a su techo a&uacute;n, sino que tiene mucho camino por recorrer, pero que se ve afectado por diferentes barreras impositivas que inciden directamente en la inversi&oacute;n. Partiendo de la premisa de que el ciclo de producci&oacute;n del cerdo es de los m&aacute;s bajos dentro de la cadena c&aacute;rnica, representando un gran potencial de crecimiento en el corto plazo, existe un grave problema con el impuesto al valor agregado (IVA) que impacta directamente en el crecimiento de la producci&oacute;n. La carne de cerdo, al igual que las otras carnes, tiene un 10,5% de IVA cuando se vende, pero los productores tienen un 21% de IVA a la hora de comprar algunos de los insumos necesarios para producir. Por lo tanto, excluidas situaciones de elevada rentabilidad, queda un saldo a favor no recuperable. Esta situaci&oacute;n se agrava frente a las inversiones, debido a que la asimetr&iacute;a de las al&iacute;cuotas de IVA generan un sobrecosto de inversi&oacute;n del orden del 19%, imposible de recuperar, y que en definitiva frena la posibilidad de invertir, incidiendo desfavorablemente sobre el genuino desarrollo del sector. En esta misma l&iacute;nea, gracias a los avances tecnol&oacute;gicos la producci&oacute;n se ha vuelto muy eficiente, pero requiere principalmente del acompa&ntilde;amiento de una macroeconom&iacute;a que funcione correctamente para poder acceder a l&iacute;neas de cr&eacute;ditos adecuadas que favorezcan la inversi&oacute;n y el consecuente crecimiento. En sinton&iacute;a con el potencial de crecimiento del sector, se encuentra el desaf&iacute;o de continuar abriendo mercados que permitan mayor expansi&oacute;n en materia de exportaciones. Desafortunadamente, a ra&iacute;z del Proyecto de Ley &ldquo;Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos&rdquo;, presentado por el Poder Ejecutivo de la Naci&oacute;n, se plantea el aumento de la al&iacute;cuota de los derechos de exportaci&oacute;n para el sector porcino. Actualmente, las exportaciones de carne de cerdo est&aacute;n gravadas con un 5% de retenciones que, de ser sancionada la Ley en cuesti&oacute;n, pasar&iacute;an a un 15%, dejando al sector autom&aacute;ticamente fuera del mercado exportador por completo. Sin duda que esto representa un gran desaf&iacute;o para la industria, no s&oacute;lo para lograr mantener mercados que han llevado tiempo e inversi&oacute;n abrir, sino tambi&eacute;n para resguardar los puestos de trabajo dentro de la cadena. De resolverse el sobrecosto producido por la asimetr&iacute;a de las al&iacute;cuotas de IVA y asegurando que las exportaciones no tributen impuestos, el sector tiene un gran potencial de crecimiento. Como dato relevante, resulta importante destacar que la inversi&oacute;n de un d&oacute;lar en producci&oacute;n primaria genera entre uno y dos d&oacute;lares de divisas en un plazo menor a los dos a&ntilde;os desde realizada la inversi&oacute;n. Por otro lado, la eficiencia de las granjas que se encuentra principalmente apalancada por la tecnolog&iacute;a, deben ir de la mano de la toma de conciencia y aplicaci&oacute;n de las m&aacute;ximas medidas en materia de bioseguridad que permitan asegurar la estabilidad en materia sanitaria. A ra&iacute;z de los episodios de la Enfermedad de Aujeszky que hemos visto en diferentes establecimientos del pa&iacute;s a finales de 2023, invitamos a reflexionar y a tomar medidas al respecto. Desde la FPA tenemos la responsabilidad de poner en agenda el tema y, a trav&eacute;s de nuestra Comisi&oacute;n de Sanidad, poder compartir las mejores pr&aacute;cticas y herramientas concretas que permitan llevar estas medidas a todos los niveles de producci&oacute;n. Por supuesto que el trabajo en conjunto con la m&aacute;xima autoridad sanitaria a nivel nacional ser&aacute; indispensable para poder abordar de manera integral los potenciales riesgos a los que est&aacute; expuesto el sector. En definitiva, la industria porcina tiene mucho para aportar al desarrollo del pa&iacute;s, por lo que&nbsp; desde la Federaci&oacute;n Porcina Argentina auguramos un a&ntilde;o de mucho trabajo, con la convicci&oacute;n de lograr las condiciones necesarias que permitan que el sector contin&uacute;e desarroll&aacute;ndose.&nbsp;